Gabriel estiró sus brazos espasmódicamente, y los puso
alrededor del cuello de Vardalek. Era el único movimiento que había hecho en
mucho tiempo. Vardalek se inclinó y lo beso en los labios. Yo corrí escaleras
abajo y enseguida ordenaron buscar a un sacerdote. Cuando regresé, Vardalek no
estaba allí. El sacerdote administró la extremaunción. Me pareció que Gabriel
ya estaba muerto, aunque no lo creíamos así en el momento. Vardalek había
desaparecido por completo, y cuando me puse a buscarlo no lo encontré e ningún
lado; no he vuelto a verlo ni he oído hablar de él desde entonces. Mi padre
murió muy poco después, repentinamente viejo y doblegado por el dolor. ¡y la gente, por regla
general, no cree en los vampiros!
Eric von Stenbock (1860-1895)
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